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Somos puentes de Luz que unen la Tierra con el Cielo

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domingo, 7 de enero de 2018

UN LIBRO NUEVO COMIENZA


 Un libro nuevo comienza

Dejo atrás el pasado bendiciendo este año que ha concluido. Doy gracias por cada una de mis experiencias y por el aprendizaje recibido. Doy gracias porque la consciencia me aportó la Luz y el Amor que necesitaba para ayudarme a comprender situaciones complicadas. Así puede integrarlas sin juzgarlas, con aceptación, porque es una pérdida de tiempo y energía ir contra aquello que no puedo cambiar. Me he dado cuenta que el tiempo es una de las cosas más valiosas que tengo en mi vida. Quiero compartirlo con quienes amo, pero no quiero perderlo nunca más, porque el tiempo perdido ya no regresa.

Doy gracias por mi crecimiento y evolución, porque continuamente soy alguien nuevo, con más experiencia, con más sabiduría, con más conocimientos, con más belleza interior, con mayor intuición y consciencia. He sido bendecida por conservar los ojos y el sentir de la inocencia de un niño, de modo que la magia siempre me acompaña y me ayuda a maravillarme ante la vida y a crear con ella.

A veces, hay situaciones que me hacen sentir impotente, que me hacen sentir dolor, que me hacen sentir rabia, que tocan algo dentro de mí que me hace saltar como si alguien presionara un resorte y activara mi reactividad. Cuando esto ocurre, no siempre soy capaz de controlar la palabra, hay ocasiones en las que me desahogo gritando, llorando o soltando cuatro palabrotas… pero soy capaz de observarme y cuando “me veo”, me obligo a llevar mi atención a la respiración y al respirar conscientemente siento que me calmo, a veces hasta lo consigo sin soltar ningún improperio. Entonces soy capaz de ver la parte más vulnerable de esa persona o situación que me ha hecho salir de mi centro, de mi paz y consigo volver a mí y buscar hasta encontrar dónde está el aprendizaje de la situación.

Cada vez es más fácil. Aunque debo reconocer que no siempre es así.

Entiendo que muchas veces nos pasan cosas desagradables para que salgamos del letargo en el que a menudo nos sumergimos y seamos capaces de seguir adelante. Por eso en esos momentos, me doy cuenta que he de pedir perdón y bendecir a quien maldecía porque ha asumido el papel de zarandearme para que sea capaz de seguir caminando, de conseguir metas, de cumplir sueños, de moverme, de vivir un poquito más intensamente, de salir de esa zona de confort en la que me recreo y me resulta tan fácil estar, pero que a su vez me aporta tan poquito.

Hoy empiezo una nueva aventura, como cada uno de vosotros. En el transcurso de unos pocos segundos sucedió de nuevo la magia, un libro concluyó, se cerró y se archivó. Fue a parar junto a otros, ¡ya había un buen montón de ellos…! y es que los años pasan veloces y cada año tiene un volumen nuevo. Incluso pude ver otros libros más antiguos, seguramente cuentan mi historia, mi historia pasada, mi historia futura... Allí se hallan otras vidas, otros recuerdos que a veces, tímidamente me saludan y me muestran pequeños retazos que, por el motivo que sea, he de recordar o visualizar para hacerlos presentes…



Asombrosamente, apareció un libro nuevo, me asombro sí, no porque no lo esperara, sino porque dentro de mí hay algo que quiere que la vida me siga sorprendiendo y quiero asombrarme y entusiasmarme cada momento de cada día. El librito no estaba solo, a su lado encontré plumillas, plumas, colores, lápices, bolígrafos… y un enorme borrador. ¡Supongo que si es tan grande es porque lo voy a necesitar muchas veces! Pero está bien, corregir me indicará que estoy aprendiendo y progresando adecuadamente. Me da más miedo pensar que ya no tengo nada que corregir.

No, decido que quiero seguir sorprendiéndome y borrando algunas cosas de vez en cuando, tampoco con mucha frecuencia ¡eh!

Al ver el nuevo libro, escuché también una voz, esa voz que a veces me habla, aunque he de reconocer que últimamente no se lo he permito con frecuencia, sin embargo siento que es momento de escucharla de nuevo. Es la misma voz que me habla cuando medito. Algo que me he propuesto recuperar de nuevo. Volviendo a la voz, ésta me dijo: a ratos este libro nuevo que te regalo para que sigas escribiendo tu historia se transformará en otro más viejo y te verás y sentirás reconocida en él. Cuando eso suceda es porque algo de aquella época a la que viajes necesitará ser rescatado, tú tendrás que decidir con qué finalidad, tal vez sea algo que tengas que sanar y liberar desde el presente, tal vez sea algo que tengas que perdonar o perdonarte, tal vez un don que tengas que recuperar para ejercerlo de nuevo, tal vez sea un impulso para ayudarte a seguir adelante. La compasión y la comprensión serán la luz que ilumine tu camino y te harán ver más allá de lo que los ojos humanos te permiten, te llevarán a la consciencia.

Aún no he pensado en mis propósitos seriamente. Sólo tengo clara una cosa y espero que eso me ayude a clarificar el resto. Comienzo de nuevo a meditar, y quiero hacerlo con cuarzos. Al preparar ese pequeño librito/guía para un taller que impartí hace poco sobre el cuidado de los cristales, cuarzos y minerales, me ha atrapado de nuevo la energía de los minerales y quiero experimentar con ella. Tengo una sensación extraña sobre esta decisión, no sé si os habrá pasado alguna vez, es como algo que quieres hacer, pero a la vez sientes que “otro algo” te frena. Creo que ese “freno” no es más que miedo (ya casi que ni se disfraza, aparece directamente, me mira a los ojos y me dice: “Hola, estoy aquí, soy tu miedo a…”), miedo a descubrir otra vez la grandeza que hay en mí, en todos nosotros, no olvidemos que somos UNO y lo que eso significa. De cualquier modo, creo que no puedo seguir eludiendo el asomarme dentro de mí otra vez y descubrir qué quiere mostrarse. Algo me dice que este año está esperándome y que hay mucho trabajo en él, para alcanzar la “Maestría” que promete. En numerología 2018 es un año 11, un año Maestro.

¡Vamos a por él que nos está esperando!

Y en mis momentos, en esos momentos… seguiré refugiándome en el bosque, seguiré imaginando que soy la tierra sobre la que crecer la vida, que soy el viento que sopla con distintas intensidades para danzar con la magia de la vida, que soy el fuego que quema, abrasa y transmuta y también soy el agua que alegre y cantarina equilibra, corre y fluye. Seré bosque cuando lo extrañe y no pueda estar en él. Seré melodía en forma de gotas de rocío, seré un soplo de viento, una brisa suave que susurrara entre las ramas de los árboles y te cantará nanas en las noches frías mientras te arropa con el calorcito de tu hogar.

Y cuando quiera verme, me miraré en tus ojos, me escucharé en una canción, me leeré en un buen libro, en una buena historia de amor, en una poesía… y me inhalaré en la fragancia y el perfume de una flor.

No hacen falta muchos propósitos para tener un año exitoso, hace falta tan solo uno a la vez y las ganas, la fuerza y la energía de llevarlo a cabo y disfrutar de toda su enseñanza mientras lo hacemos efectivo.

Me prometo menos tecnología y mucha más naturaleza, aunque sea soñada desde el salón de casa.

¡Feliz Año Nuevo!

Paqui Sánchez

 ©Paqui Sánchez

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